¿Quieres saber si estas generando Karma o Dharma? Pues entonces, pregúntate, ¿lo que estoy haciendo me genera bienestar o malestar? ¿Qué puedo aprender de esta experiencia?
No te enfoques únicamente en lo económico. Sí es importante, pero no es lo único en esta vida hay muchos aspectos no sólo el económico. los aspectos del bienestar también son estar en paz con uno mismo, tener salud, generar abundancia para uno como para el resto (abundancia material o espiritual), etc.
De esta Ley se explica como toda acción, palabra o pensamiento tiene una consecuencia, ya sea visible o invisible. Esta es la esencia de la ley de causa y efecto, una ley espiritual tan antigua como el universo mismo. Esta ley no solo gobierna el plano material, sino también el espiritual, y tiene un impacto profundo sobre nuestras vidas individuales y colectivas. Esta relacionada con el Efecto Pavlov (aunque él lo aplico el experimento en perros).
El pasado moldea el presente
Nada de lo que vivimos hoy ocurre desconectado del pasado. Las injusticias, los actos de amor, las decisiones pequeñas y grandes, todo tiene una resonancia que se activa en algún momento. Lo que alguna vez pareció insignificante puede florecer en forma de consecuencias positivas o negativas, mucho después del hecho original.
Por ejemplo, a lo largo de la historia, numerosos grupos sociales han sido víctimas de injusticias: pueblos indígenas, comunidades afrodescendientes, mujeres, entre otros. A pesar de haber sido oprimidos durante siglos, la historia comienza a devolverles voz, visibilidad y poder. Esta restitución no es casual. Es una manifestación activa de la ley de causa y efecto que, aunque silenciosa y a veces demorada, nunca deja de actuar.
La dimensión espiritual de la causa y el efecto
Esta ley no se limita al plano económico o legal. Va mucho más allá. Tiene una profundidad espiritual que solo quienes han cultivado cierto grado de conciencia pueden percibir. Hay quienes poseen una "autoridad espiritual", no porque ostenten títulos o cargos, sino porque irradian una energía que transforma y guía. Esa autoridad no se impone; se reconoce por su vibración, su coherencia interna y su conexión con lo sagrado.
Acceder a esa autoridad no es privilegio de unos pocos elegidos, sino de todo aquel que decida recorrer un camino de introspección, limpieza energética y conexión interior. La práctica de la meditación, la oración, el sahumado y otras disciplinas espirituales son las llaves para sintonizar con planos más sutiles y, por tanto, activar conscientemente la ley de causa y efecto desde un lugar de luz.
El verdadero poder: el campo energético
En un mundo que exalta lo material, muchas personas persiguen riqueza, fama y poder sin atender su campo energético. Sin embargo, el poder real no está en lo que se posee, sino en lo que se irradia. Un campo energético limpio y fortalecido no solo protege, sino que también atrae experiencias alineadas con la vibración del alma.
Las personas con un campo energético fuerte:
-
Tienen claridad mental y emocional.
-
Pueden tomar decisiones con sabiduría.
-
Son menos manipulables por energías externas o ambientes tóxicos.
-
Inspiran y elevan a otros sin esfuerzo.
-
Se convierten en canales conscientes del equilibrio de la ley universal.
Ventajas de alinearse con la ley de causa y efecto
Cuando uno actúa en coherencia con esta ley desde el espíritu, comienza a vivir desde un lugar de mayor armonía, justicia y propósito. Las ventajas son múltiples:
-
Relaciones más sanas, porque uno empieza a emitir verdad y a atraer lo semejante.
-
Mayor paz interior, al saber que todo tiene su tiempo y su consecuencia, incluso si tarda en manifestarse.
-
Sensibilidad intuitiva que permite anticiparse a situaciones y elegir caminos de evolución.
-
Transformación kármica, es decir, se cierran ciclos dolorosos y se abren nuevos escenarios de libertad.
El mundo actual, con todos sus desafíos, es un espejo del pasado, pero también una puerta al despertar espiritual. No se trata solo de trabajar, consumir y producir; se trata de cultivar el alma. La ley de causa y efecto actúa siempre, pero cobra una nueva dimensión cuando se vive desde la luz, desde la consciencia y desde el poder sutil de lo espiritual.
Quienes comprenden esto saben que la verdadera grandeza no se encuentra en los bancos ni en los tronos, sino en el campo energético de un ser humano en paz consigo mismo y con el universo.
La ley del Karma o Dharma es el reflejo de lo que ofrecemos a los demás, pues eso mismo recibimos nosotros a cambio y esto se explica en la Ley del Karma o Dharma
No hay comentarios:
Publicar un comentario